No Love, no Tacos

El restaurante La Carreta, ubicado en un pequeño poblado del Estado de Iowa en Estados Unidos, recientemente lanzó una campaña para resaltar los valores latinos y contrarrestar las reacciones xenófobas de las que fueron víctimas, cuando decidieron hacer una declaración pública de principios sobre los movimientos sociales que han agitado a los americanos en los últimos meses, tales como el ya mundialmente conocido Black Live Matters.

El restaurante, en respuesta a una carta en la que se le acusaba de promover un movimiento antiamericano y contrario a la moral cristiana, amenazándolos con un boicot comercial, fue publicada en redes sociales por el propietario del restaurante haciendo una declaración aún más ambiciosa de la que había generado la molestia, al responderle al atacante anónimo No Love, No tacos, es decir, declarando que, si no había amor, no habría más tacos.

La particular respuesta no solo se tornó viral en las redes sociales, sino que animó a los dueños del restaurante a lanzar una campaña para motivar a la comunidad latina a reconocer su enorme importancia en la sociedad americana y a votar en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.

No Love, no Tacos es una invitación a que los latinos sean conscientes de su fuerza, que se sientan orgullosos de sí mismos, que se hagan sentir en una sociedad que no reconoce suficientemente la importancia de la minoría más influyente de los Estados Unidos.

Lo que pasó en Iowa representa el sentimiento de millones de latinos que hoy son fundamentales en el sistema socioeconómico americano; ellos, a pesar de sus muchos problemas, serán trascendentales en la próxima elección. Lo que suceda en la Florida, en Texas o en Arizona, estados particularmente “latinos”, definirá si Trump continúa en la Casa Blanca o será reemplazado por un candidato que, en caso de ganar la elección, sería el presidente más viejo de toda la historia americana.

Ahora bien, la gran pregunta es qué les conviene realmente a los latinos, no solo a los que viven en Iowa, sino a todos aquellos que vivimos en la gran aldea global y que sufriremos las consecuencias de esta elección. En otras palabras, qué es lo que más le conviene a Colombia entre Trump y el exvicepresidente Biden.

Para no ser pretencioso, me limitaré a indicar lo que creo que nos conviene, en cuanto a lo que el derecho del trabajo se refiere, campo en el que me desempeño, porque cada uno indicará lo que cree desde sus propios intereses, incluso desde sus emociones, amores y desamores.

No se nos puede olvidar que Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y receptor de prácticamente todos nuestros productos de exportación, sin reparar en que tenemos un tratado de libre comercio (TLC) que ha funcionado relativamente bien desde que se puso en marcha. Es un acuerdo de comercio que nos costó grandes esfuerzos y generó serios impactos en el mercado de trabajo colombiano, por ejemplo con las cooperativas de trabajo asociado, las cuales desaparecieron -en la práctica- fruto de las obligaciones que nos impuso el acuerdo Obama–Santos que determinó la tortuosa aprobación del TLC.

Con sensatez, debemos reconocer que la administración Trump ha sido favorable a los intereses de los empleadores. Es claro que en su mandato los constantes requerimientos del Departamento de Comercio sobre cumplimiento de normas laborales y garantías sindicales prácticamente desaparecieron. Debates que nos había impuesto la administración Obama sobre tercerización y la necesidad de eliminarla, o por lo menos controlarla estrictamente, fueron puestos en el último rincón del congelador; a hoy, existe muy poca voluntad política de ambos gobiernos por reactivarlos. Si gana Trump, esa será la lógica de los próximos cuatro años.

Ahora bien, Biden fue vicepresidente de Obama, pero no es Obama. Es ante todo un político de carrera, bastante metido en asuntos internacionales y que maneja la diplomacia como pocos en Estados Unidos. Sabe de Colombia, nos tiene en su agenda, nos lee como un país amigo y claramente será mucho menos exigente en asuntos laborales y de TLC que su exjefe. Trump, en su discurso delirante, lo acusa de socialista y de ser un caballo de Troya de la facción más radical de la izquierda demócrata, lo compara con Petro y con Maduro, pero todos sabemos, incluso los acérrimos seguidores de Trump, que, en esto, como en la mayoría de las cosas que dice, miente.

A hoy, a pesar de que las encuestas le dan un amplio margen de ventaja a Biden, todo puede pasar. Se trata de unas elecciones atípicas, en medio de una pandemia, que puede que ya se hayan definido fruto del voto por correo y de la posibilidad de votar anticipadamente que han habilitado muchos estados. Puede que el tema siga abierto, pero a hoy, no hay nada claro.

Bajo ese escenario, creo que en asuntos laborales y sindicales no tendremos grandes cambios, gane el que gane, pero como ciudadano del mundo tengo que confesar, con la mano en el corazón, que lo que más le conviene al planeta entero es que Biden, a pesar de sus evidentes limitaciones físicas, logre llegar a la presidencia de Estados Unidos.

El mundo ya tuvo la oportunidad de someterse a una presidencia de Trump, ya sabemos de su talante, y vimos cosas increíbles y que nunca pensamos ver. A los seres humanos, sin importar dónde estén o qué piensen, nos conviene un cambio en el rumbo. No Biden, No tacos.

Fuente: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/no-love-no-tacos-por-camilo-cuervo/305311