Si en algo podemos aportar desde estas líneas es en clamar por un consenso para que este positivo ‘ensayo’ normativo deje de serlo y se convierta en una realidad.
Uno de los grandes retos de la pandemia fue impedir que nuestro sistema de justicia se bloqueara. A pesar de que algunos meses el servicio de justicia se paralizó por el aislamiento general, fue claro que la Rama Judicial y el Gobierno nacional hicieron grandes esfuerzos para que los despachos judiciales empezaran a funcionar desde la virtualidad. Lo mejor de todo es que, contra todos los pronósticos, esta gran apuesta ¡funcionó!.
Es prudente reconocer y resaltar el esfuerzo de muchos jueces y funcionarios judiciales que asumieron con patriotismo el enorme desafío que recayó sobre sus hombros. Puedo dar fe de que muchos juzgados, a lo largo y ancho del país, para poder funcionar acudieron a sus propios bolsillos para sufragar computadores, escáneres, cámaras y hasta conexiones a internet. A todos ellos, un enorme ¡gracias!; su compromiso y sacrificio fue loable..
Para leer el artículo completo por favor ingrese al link FUENTE: Revista Semana