Como todo en la vida, los empresarios también tienen límites y no existe caucho, por más elástico que sea, que no se rompa.
Esta semana Carlos Chacón, representante a la Cámara del Partido Liberal, radicó un proyecto de ley que pretende obligar a los empleadores a conceder una licencia remunerada de dos días por la muerte de los animales de compañía. Si bien la propuesta puede tener aparentemente buenas intenciones y cientos de poderosos argumentos a su favor, lo único claro es que otra vez se acude al empleador para soportar las cargas sociales.
Nadie niega que los animales domésticos y en especial los que brindan apoyo psicológico a sus dueños, son seres muy importantes y su fallecimiento representa una verdadera contingencia familiar; pero no todo puede correr por cuenta del que genera empleo.
Para leer el artículo completo por favor ingrese al link FUENTE: Revista Semana