13/8/2021
En las últimas semanas los colombianos hemos presenciado una avalancha de normas que modifican o regulan varias de las instituciones existentes en el derecho del trabajo. Literalmente el Congreso, en parte auspiciado por el Gobierno Nacional que necesita mostrarse más “social”, se dedicó a expedir normas sobre todo y para todos los gustos.
En el caso del trabajo no presencial, ahora en Colombia tenemos de todo, de todos los colores y en todas las tallas. Con sutilezas casi imperceptibles, en adelante se podrá “teletrabajar”, “trabajar desde casa” o trabajar “remotamente”. En verdad toca hacer grandes esfuerzos para explicar cuáles son los cambios y cuál el objetivo de una y otra norma.
En materia de garantías a la paternidad, no solo nos dimos el lujo de ampliar la licencia por nacimiento de hijos en medio de la peor crisis de empleabilidad de nuestra historia, sino que ahora optamos por regular el fuero paterno que ya está bastante definido en una sentencia de la Corte Constitucional. En honor a la verdad, en cuanto al fuero se refiere, la nueva norma es mucho más clara que la sentencia de la Corte, sin embargo, con apenas algunas horas de vida, ya se anuncian demandas de constitucionalidad porque dejó por fuera a las parejas del mismo sexo, es decir, esa norma será “reparada” prontamente.
En materia de jornada de trabajo, además de reducirse, de paso, la norma se llevó por delante las jornadas de recreación y capacitación que había establecido la Ley 50 de 1990, pero además acabó, en buena hora, con “el día de la familia” que se había convertido, en la práctica, en dos días más de permisos o vacaciones al año. Esas convenientes “eliminaciones” también ya están siendo cuestionadas y no se me haría raro que nos quedemos con el pan, el pedazo y la arepa debajo del brazo, tal como denunciaban las abuelas cuando se nos iba la mano en algo.
Para leer el artículo completo por favor ingrese al link FUENTE: Revista Semana