El lunes pasado, quizá con razón, el mundo entero sucumbió al pánico cuando descubrió que es totalmente dependiente de sus redes sociales.
El lunes pasado, quizá con razón, el mundo entero sucumbió al pánico cuando descubrió que es totalmente dependiente de sus redes sociales, pero en especial del canal de comunicaciones que esas redes generan. Muchos creen que las redes sociales son solo eso, simples sitios de encuentro “social”, sin embargo, hoy ya es claro que van mucho más allá y tienen la capacidad de literalmente “bloquear” nuestras vidas; de incomunicarnos.
El mundo del trabajo, en especial el teletrabajo, el cibercomercio, pequeños comerciantes y las líneas de servicio al cliente de empresas de todos los tamaños dependen peligrosamente de una herramienta tan sencilla como WhatsApp. A través de esa aplicación uno de cada tres humanos se comunica, a tal punto, que hoy es el nuevo correo electrónico y se constituye en un abonado telefónico de cobertura mundial.
Para leer el artículo completo por favor ingrese al link FUENTE: Revista Semana