Lastimosamente ¡algunas veces sí somos un país de cafres!

6/8/2021

Nací en una familia orgullosamente santafereña en la cual ser hincha de Millonarios era casi un pecado, crecí santafereño y, cuando pude decidir, opté por hacerle fuerza a Nacional, porque al final de mi infancia era el único equipo en Colombia que había ganado la Copa Libertadores, era la base de la Selección y el onceno de los “puros criollos”.

Por esa particular historia familiar y por mi decisión consciente de “cambiarme de camiseta”, soy hincha de dos equipos y sufro y gozo con las victorias y la derrotas de uno y de otro. Siempre que juega Santa Fe contra Nacional, divido el corazón y creo que el mejor resultado es un justo empate para no sentirme mal haciéndole fuerza a las dos escuadras.

El martes -con algo de inocencia- incluso consideré seriamente la posibilidad de asistir al estadio El Campín y sentarme tranquilo a ver un buen partido de futbol, porque entre esos dos equipos los juegos son un capítulo aparte que no considera posición en la tabla, abolengos o estrellas. Es un partido a “muerte”, como casi todos los que juega Nacional, porque todos quieren derrotarlo y siempre será un “honor” ganarle al “Rey de Copas”.

Para leer el artículo completo por favor ingrese al link FUENTE: Revista Semana